Babar
Cinco minutos de paz
críticas LIJ
elefantes de papel
Jean Brunhoff
Jill Murphy
Kalandraka
Nandibú
Elefantes de papel. Segunda parte.
La conocida historia del elefante Babar y “Cinco minutos de
paz” de Jill Murphy son dos historias cotidianas con elefantes humanizados.
Cada una con un estilo narrativo diferenciado y también diferentes en las
ilustraciones aunque los dos han optado por vestir a los elefantes y hacerlos
caminar derechos.
“Historia de Babar el pequeño elefante” Jean de Brunhoff.
Es una historia de sobra conocida que se sigue publicando,
lo ha hecho últimamente Blakie Books y Nandibú, que es el ejemplar que tenemos,
de gran formato, como sus primeras publicaciones.
Leer a Babar no deja indiferente, el texto comienza con una
muerte y no es la única que hay a lo largo de la narración, Babar llega a la
ciudad y quiere vestir como un humano, una mujer lo acoge en su casa y le da
todo lo que quiere, sus primos van a buscarlo y se acaba casando con su prima.
Un libro, muchos acontecimientos. No sé si alguien se atrevería a escribir algo
así hoy en día, la historia del pequeño elefante fue de los primeros álbumes
ilustrados, Sendak lo tenía como referente aunque en un principio le resultó un
personaje demasiado razonable, y no es raro porque Babar puede resultar a veces
demasiado “correcto”, lo que valoró siempre el autor de “Donde
viven los monstruos” son las preciosas ilustraciones, resultan sorprendentes y
llenas de detalles que completan el texto, Sendak afirmó que Babar era una obra
de arte.
Babar tiene ese tono cariñoso de mamá que cuenta un cuento a
sus hijos, y esa trepidante narración que asombra y gusta a los niños, de hecho
nació así, son las historias que contaba la mujer de Jean Brunhoff a sus hijos.
Con un tono sencillo, directo y activo. No está de más rescatar estos primeros
álbums ilustrados repletos de cotidianeidad, una forma diferente de ver la
narración y la imagen, con esos colores y líneas que representan otra época y
tienen un toque vintage que gusta, y ha servido de referencia para otros
autores.
Lo único que no me gusta, y esto es cosa mía, es la excesiva
humanización y el hecho de que un animal inteligente que ha visto la crueldad
del ser humano quiera parecerse tanto a él, vestir como los humanos, vivir como
ellos, dejando de lado esa parte más natural y animal que quizá tengamos que
aprender los humanos de los animales.
Esta es otra historia de una familia de elefantes humanizados, ¿por qué el autor ha elegido estos animales para esta historia? Quizá por su comicidad.
Es un texto sencillo y directo que cuenta una escena típica
de un hogar con niños pequeños. También es un texto antiguo, coincidiendo con
su 30º aniversario KALANDRAKA recupera este álbum, de título tan explícito y
temática tan real. Resulta una apuesta arriesgada contar una historia en la que
la madre necesita cinco minutos de descanso de sus hijos que no paran de
reclamar su atención.
“Los niños estaban desayunando y aquello no era un
espectáculo agradable”, así comienza esta breve escena cotidiana que narra con
humor, naturalidad y cercanía una situación familiar. Es una idea original pese
a la sencillez del texto, el autor pensó relatar a modo de escena
cinematográfica un pequeño corte en la mañana de una familia. Resulta curiosos
leer este cuento con los niños y ver de qué manera se ven reflejados en una
historia que narra sus inquietudes, necesidades y comportamiento espontáneo y
natural.
Las ilustraciones son coloridas, llenas de detalles y
minuciosas en la representación de los estados de ánimo de los protagonistas,
cosa que complementa el significado del texto y le da mayor información y
capacidad de empalizar con la familia de elefantes.
Quizá ahora la forma de contar historia humanas con animales
como protagonistas haya evolucionado, no sé, será cuestión de seguir
investigando, ¿qué pensáis vosotros?
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