Ana Garralón
Arancha Arnau
Atrapavientos
Crítica LIJ
Germán Machado
periodismo y LIJ
taller crítica LIJ: Primera Plana
Hacia una crítica sin adjetivos: la crítica negativa
Como ya os conté, el elefante imparte, gracias a
Atrapavientos, un curso sobre Crítica LIJ, en su primera edición surgieron
varios temas de debate, hace unos posts atrás hablamos sobre una crítica sin adjetivos.
Hoy quiero trasmitir la siguiente cuestión: Si hay tan poco espacio para la LIJ en los
medios, ¿tiene sentido publicar crítica negativa?
Sigo estirando el artículo del escritor uruguayo Germán Machado sobre la relación crítica y LIJ, me parece que realiza un repaso
coherente por los temas más interesantes. El inicio de su escrito dice así: “En estos días leí una reseña de un libro
de LIJ publicada en uno de los semanarios culturales más importantes de nuestro
medio: El País Cultural. Esa reseña me llamó mucho la atención y me exigió
pensar un poco en la función de la crítica (o en su ausencia)”. Germán
señala que se trata de una crítica negativa destemplada, dura, descalificadora
de un título publicado, poco frecuente en prensa. Comenta que “le sorprendió encontrar una “crítica” así
de un libro de un autor importante con una trayectoria destacada, alguien que
escribió libros de referencia en la última década, libros que significaron un
soplo de aire fresco, un autor de títulos galardonados una y otra vez en
concursos literarios nacionales, un autor con un merecido reconocimiento
internacional”. Toda esta reflexión deriva en la cuestión a la que hacía
referencia antes, él la expresa así: “No
se explica que allí donde se dedica tan poco espacio para la promoción de
libros de LIJ se coloque una reseña desfavorable: ¿qué necesidad?”.
Ahora bien, Ana Garralón, en su artículo “La críticaes bella”, nos recuerda que “la primera
función de la crítica es descubrir libros importantes que no deberían pasar desapercibidos,
pero también escribir sobre aquellos libros que están injustamente de moda,
para advertir de los libros que no vale la pena leer, para esclarecer hacia
dónde va la producción, para dar pautas de elección personal de cada uno, y
sobre todo, para incitar a leer, para mostrar que la literatura para niños está
viva, para elegir”.
Entonces, volvemos a la cuestión inicial: ¿hay
espacio para la crítica negativa en LIJ?
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