Arancha Arnau
Atrapavientos
María Teresa Andruetto
periodismo y LIJ
Primera plana: periodismo LIJ
Hacia una crítica sin adjetivos
Lo mejor de los cursos es la reflexión, tanto si eres profesora como si eres alumna. La primera edición de Primera plana:periodismo LIJ terminó. Nacen ahora una serie de pequeñas reflexiones sobre crítica,
periodismo y LIJ, bajo el nombre: Hacia una crítica sin adjetivos.
A partir de las reflexiones de María Teresa Andruetto
sobre la literatura sin adjetivos, he querido extrapolarlo a la crítica, para analizar
la relación que mantiene este género periodístico con la LIJ y los niños.
“El gran peligro que acecha a la literatura infantil y a la juvenil en
lo que respecta a su categorización como literatura, es justamente el de
presentarse a priori como infantil o como juvenil. Lo que puede haber de “para
niños” o “para jóvenes” en una obra debe ser secundario y venir por añadidura,
porque el hueso de un texto capaz de gustar a lectores niños o jóvenes no
proviene tanto de su adaptabilidad a un destinatario sino sobre todo de su
calidad, y porque cuando hablamos de escritura de cualquier tema o género, el
sustantivo es siempre más importante que el adjetivo. De todo lo que tiene que
ver con la escritura, la especificidad de destinatario es lo primero que exige
una mirada alerta, porque es justamente allí donde más fácilmente anidan
razones morales, políticas y de mercado.
A lo largo de los años que hace que trabajo en este campo he percibido
resistencia de muchos escritores frente a la crítica y los estudios académicos.
Esa resistencia esconde, creo, un miedo a la discusión de ideas y a la revisión
de las producciones. Sin embargo, debiéramos lamentar que esa crítica sea
todavía débil en cuanto a la cantidad de agentes que la desarrollan y que
muchas veces se manifieste tímida frente al avance de la publicidad y del
mercado, como es de lamentar que esa mirada crítica no ocupe u ocupe poco lugar
en los medios de circulación masiva y quede de ese modo replegada a ciertos
pequeños ámbitos de estudio. De haber sido de otro modo –de un modo que espero
llegue más temprano que tarde– no hubieran prosperado tantos libros de mala
calidad, y se hubiera orientado más y mejor a los potenciales compradores (sean
estos padres, maestros o instituciones) hacia libros de calidad literaria y
estética. Porque la literatura de un país no se hace sólo con escritores, sino
también con investigadores, formadores y críticos y se hace sobre todo con
lectores que, dialogando con las obras ya escritas, van construyendo obra hacia
el futuro. Se trata de una construcción social, que tiene que ver con entender
la literatura de un país como la inmensa tarea de una sociedad que escribiendo,
estudiando, cuestionando, difundiendo, leyendo o ignorando lo escrito va
haciendo la obra de todos”. *
Estas palabras de Maria Teresa Andruetto recogidas en
el libro “Hacia una literatura sin adjetivos” son punto de partida necesario
para la reflexión. Si la literatura debería ser siempre cultura sin adjetivos,
¿por qué la crítica va a llevarlos? Si pensamos por un momento en el espacio
que dedican los medios generalistas a la literatura infantil, obtenemos un
resultado algo ridículo, y normalmente son los libros más comerciales los que
ocupan esas páginas. Es la prensa especializada, pero no solo en literatura
general, sino la especializada con adjetivos, la que ofrece una visión más
similar a la realidad diaria.
Por otro lado, también es cierto que últimamente se
tiende al cambio. Pero ¿por qué le presta ahora más atención la prensa a la LIJ?
En un artículo en su blog, Germán
Machado argumenta una respuesta: “Seguro que eso responde al hecho de que la LIJ va cobrando una
importancia editorial sin antecedentes. Con muchos más títulos publicados, con
mucha más visibilidad, con muchas más ventas, el negocio de la LIJ no es menor
en lo que hace al conjunto de los resultados de la industria editorial. Siguiendo
esa lógica, es obvio que la prensa le preste atención”. Sí, seguramente sea cierto, pero ¿debería ser así?, ¿debería tener más
voz porque vende más, porque ahora es una industria?, ¿estamos dejando la
calidad en un segundo plano?, ¿sería mejor que los medios trataran a los libros
como libros sin adjetivos, sin ventas, sin marcas, sin influencias…?
* Este texto forma parte de Hacia una literatura sin adjetivos (Comunicarte,
Córdoba, 2009).
Desde mi punto de vista está claro porque a la prensa en general le ha empezado a interesar la LIJ: porque vende, y lo hace muy bien. Porque se ha puesto de moda entre los adultos y éstos ya no sólo leen "cosas serias" si no que también han decidido leer "literatura para niños", como si la literatura, la buena literatura tuviera que tener una edad. Aunque a pesar de esto parece que la LIJ siga siendo la pariente pobre de la literatura, todavíaespero que un suplemento como Babelia, por ejemplo, le dedique habitualmente algún espacio y no solo en fechas señaladas como las Navidades. La LIJ existe todo el año, no sólo en temporada de regalo. Un saludo cordial
ResponderEliminarCh.