Hace unos días publiqué una crítica del libro El
actor de A buen paso en el diario digital Siglo XXI. Me decidí a colaborar
en el periódico porque considero que la LIJ necesita difusión en los medios de
comunicación. Porque como dice Ana Garralón en su artículo La crítica es bella. Cómo analizar los libros para niños, los
libros infantiles ocupan un buen lugar y se venden, pero no tienen todavía el
sitio que merecen en los medios culturales. El artículo de Ana me sirvió de
mucho, sobre todo para saber de qué libros quería hablar y cómo hacerlo.
La producción de libros infantiles crece y crece, y
por eso es importante decidir qué libros tratar. En este primer artículo, quise
seleccionar un libro que me impactó por su belleza desde las primeras
ilustraciones que pude ver en la web de A buen paso, y cuando lo leí, se
completó la primera sensación que tuve al ver los primeros bocetos de El Actor de Simone Rea. Quise hablar de
A buen paso, porque es una editorial valiente, con carácter y bonita. Y escogí El actor con total libertad, porque
desde mi humilde punto de vista, basado en mis conocimientos sobre LIJ,
considero que es un buen libro y merece difusión. Ni criterios económicos, ni
pedagógicos, simplemente el de descubrir un libro que considero no debería pasar
desapercibido.
En la crítica decía que la primera vez que vi este
álbum ilustrado, no pude dejar de releerlo varias veces, y pensé que nunca
había visto nada igual. Y que El actor
es un álbum ilustrado en toda regla, porque la primera lectura no es igual a la
segunda, pues las ilustraciones agregan la vista personal del ilustrador. Al
redactar los temas de los que trata El
actor, pensé que cabía la posibilidad de que los adultos al leer el
artículo, pensaran que no era un libro para niños, por lo que intenté alentar en
dirección contraria. Porque no hay que buscar solo criterios pedagógicos, ni
comprar los libros que nos destacan en las estanterías de los centros
comerciales, hay que conocer, y a los niños también les gustan las cosas
bonitas y con gusto. Yo creo que ahora la LIJ va en ese camino, se separa de lo
cursi y ñoño y sobre todo del didactismo.
Tus palabras me parecen muy acertadas... espero conseguir para mi collección "El autor"... LA LIJ ES LITERATURA CON MAYÚSCULAS, gracias...
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