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King Egg
Mamut cómics
Miguel B. Núñez
Rey Huevo
Una china en mi zapato
Entrevista Miguel B. Núñez
Miguel B. Núñez es ilustrador y ha publicado unos
cómics bajo el personaje de Rey Huevo que son deliciosos. Con la editorial Una china en mi zapato podemos leer “King Egg” y con Bang ediciones, en la
colección infantil Mamut, nos encontramos con Rey Huevo en una historia
apasionante. Para conocerle más, su blog, donde pueden pasar rato descubriendo
talento.
¿Por qué dibuja?
Creo que dibujo porque me
encanta contar historias. Me gustan los tebeos desde que era muy pequeño así
que poder hacerlos de mayor es algo que me hace muy feliz.
¿Cuál es su
método de trabajo?
Ponerme delante de una
página en blanco e ir probando cosas. A veces tengo una idea general o he
apuntado algunas frases y quizá haya hecho algún boceto de un personaje pero
generalmente voy improvisando.
¿Qué es lo
más difícil de ser ilustrador?
Tomar decisiones. Pero esa
es la parte más emocionante también. La imaginación, y también tu propia
técnica, te abren un amplio abanico de posibilidades. Puedes seguir un camino
que ya conoces y obtener resultados más o menos familiares o lanzarte por un
camino nuevo y asombrarte a ti mismo... o puedes bloquearte y no dar más de dos
pasos. Yo he empezado muchas páginas que no han conducido a ningún lado.
¿Quién le ha enseñado lo que sabe?
Si te refieres a lo que he
aprendido como dibujante, tengo una lista interminable. Pero sin duda en lo más
alto de ella estarían como mis preferidos: Max, Hergé, Jan, Tove Jansson, Coll
y Bernie Wrightson. Aunque este último puede parecer estar en las antípodas de
mi estilo, fue el dibujante al que más copié durante unos años y eso me ayudó
muchísimo en mi aprendizaje.
¿Cómo es un
día de trabajo en la vida de Miguel B. Núñez?
Tengo un bebé de tres
meses y mis horarios de trabajo están un poco a merced de los suyos, pero
normalmente trato de ponerme a trabajar por la mañana lo antes posible.
Prefiero las 7 de la mañana a seguir dibujando cuando ya ha oscurecido. No me
planteo ningún horario fijo porque trabajo en casa y siempre pueden surgir
interrupciones inesperadas... y si no surgen ya se me ocurre a mí distraerme
con cualquier cosa. Soy un poco desastre en ese aspecto. Es algo en lo que
intento mejorar.
¿Influyen sus gustos musicales y literarios en sus cómics? ¿De qué manera?
Los literarios desde
luego. Si rastreas mis historietas puedes encontrar pistas sobre mis lecturas:
he contado aventuras de marineros, excitado por la lectura de Hermann Melville;
hablado de ritos de iniciación sexual por información sacada de un libro de
Lévi-Strauss o del comportamiento del cerebro humano por los estudios del
neurólogo Antonio Damasio. Y he situado en un determinado momento histórico una
historieta, además de inspirarme en sus cuadros, por algunos datos biográficos
de Pieter Brueghel el Viejo. Los gustos musicales, sin embargo, creo que los he
utilizado muy raras veces.
El escritor
Maurice Sendak decía que no escribía para niños, sino que él escribe y alguien
más es el que dice esto es para niños. ¿Su cómic para Mamut, “¡No te comas los
cormos!” fue ilustrado y escrito pensando en un público infantil?
Fermín Solís, que tiene
mucha más experiencia que yo y que lo hace mucho mejor, me dio un consejo
mientras dibujaba Rey Huevo: “dibuja la historia que a ti te gustaría leer y piensa que los críos son
mucho más inteligentes de lo que nosotros pensamos”. Yo traté de hacerle caso
pero no estoy seguro de haberlo conseguido ¡Seguiré intentándolo!
¿Cómo fue
publicar con la editorial de cómics infantiles Mamut?
Fue justamente Fermín
Solís quien me recomendó enseñarles algo. Les envié unas primeras páginas y
hablamos de cómo enfocarlas mejor y luego ya fue todo seguido hasta que Rey
Huevo salió a la venta.
Me he
fijado que en casi todas sus ilustraciones aparecen árboles. Esto tiene que
significar algo, o no…
Significa la admiración
que siento por la naturaleza, pero de una forma más simbólica representa el
tema de la dualidad, que tanto me interesa mostrar en mis tebeos. Por una parte
un bosque me parece un sitio hermoso donde refugiarse de todo, pero también
puede ser un sitio muy tenebroso. Me da pena que no hayamos sido capaces de
convivir mejor con los bosques. En general se ha construido devorando su
espacio. Quizá exista una razón para ello, yo no se nada de construir ciudades
je, je, je, pero creo que vivir rodeado de árboles es algo maravilloso. Por eso
me encanta dibujar gente que vive en bosques.
Además de
que el personaje es el mismo, el Rey Huevo, ¿qué relación tienen sus cómics
“¡No te comas a los cormos!” y “King egg”, editado por Una china en mi zapato?
La relación más directa es
esa. Se trata del mismo personaje. Pensé que podía encajar tanto para adultos
como para niños. Hice una prueba y me gustó. Creo que tanto uno como el otro,
tienen la misma personalidad. Les gusta hacer cosas que les hacen felices.
¿De dónde surgió la idea de “¡No te comas los cormos!”?
La primera vez
que dibujé a un Cormo estaba pensando
en un pequeño extraterrestre que salía en una historieta de “Archie”. Pero al
ver mi dibujo me di cuenta de que se parecía más a una cebolla con patitas.
¡Creo recordar que de ahí salió el resto!
El elefante
afirmaría que en “¡No te comas los cormos!” hay humor y acción, pero también
valores. ¿Qué diría a eso?
Diría que así es je, je.
No podría haber escrito una historia sobre la necesidad de una convivencia
pacífica entre seres tan diferentes sin hablar de los valores necesarios para
lograrlo.
Ha
colaborado en el fanzine de Isla Flotante, ¿cree que hace falta más ciencia
ficción en las publicaciones infantiles?
Creo que una buena parte
de mi personalidad se formó gracias a la ciencia ficción. No me imagino nada
mejor para la formación de los niños que leer sobre visitantes de otros
planetas, viajes al centro de la tierra o mundos prehistóricos perdidos en el
nuestro. Mi interés por la ciencia la sembraron aquellos libros y tebeos que
leí de niño.
Si a los
niños les gustan los cómics, ¿por qué cree que no se hacen más cómics
destinados a un público infantil?
Es extraño pero parece que
es más fácil encontrar libros de cuentos ilustrados para niños, a veces con
dibujos extremadamente artísticos, que cómics infantiles. Quizá las editoriales
no terminen de verlo claro como apuesta comercial, aunque existen excepciones
fantásticas.
Ahora
colabora con Olalla Hernández en un cómic que editará Thule titulado “En el
parque”, ¿qué nos puede decir de este nuevo cómic infantil?
Del cómic entero apenas he
visto algunas páginas sueltas de otros colaboradores y todavía no tenían texto,
pero sí puedo hablar de mi colaboración. Olalla me envió la idea y buena parte
de los diálogos. Creo que mi mayor aportación, ha sido incluir como
protagonistas a unos extraterrestres que en realidad tienen una pinta muy
terrestre... pero de una tierra que existió hace 530 millones de años. Me he
basado en dibujos de Marianne Collins sacados del libro “La vida maravillosa”
de Stephen Jay Gould. Todos aquellos organismos tienen una pinta fantástica...
¡pero fueron muy reales!
¿Recuerda
qué leía de pequeño? ¿Leía cómics?
Leía cómics sí, a todas horas.
Sobre todo superhéroes. Pero también me encantaba, y me sigue encantando,
Superlópez de Jan. Y recuerdo muchísimo los tebeos de Mytek, Zarpa de Acero o
Luchadores del Espacio. Eran historias fantásticas dibujadas de una forma
increíble. También leía clásicos de literatura juvenil en aquellas ediciones de
los setenta que iban acompañadas de ilustraciones e incluso a veces de páginas
sueltas de cómic. Recuerdo con especial cariño Miguel Strogoff de Julio Verne y
también las aventuras del Corsario Negro de Emilio Salgari. Me gustaban mucho
los libros de aventuras. Mi preferido era “El Mundo Perdido” de Arthur Conan
Doyle. Ahora estoy leyéndolo otra vez y me siento como de niño ¡igual de
excitado!
¿Nos
recomendaría un cómic para niños y un álbum ilustrado que le gusten
especialmente?
Un cómic para niños:
Astro-Ratón y Bombillita de Fermín Solís, en la misma colección Mamut editada
por Bang en la que ha salido Rey Huevo. Ya van dos números de estas
maravillosas aventuras. Y más que un álbum ilustrado, si no os importa, me
gustaría recomendar un libro ilustrado: “El perro de Los Baskerville” de Arthur
Conan Doyle, con ilustraciones de Javier Olivares, editado por Nórdica.
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